Novela peculiar, presentada en doble forma literaria, de diálogo e interrogatorio, y epistolar.
En capítulos alternos, un joven juez intenta buscar pruebas que confirmen sus hipótesis, sometiendo a interrogatorios continuos al posible culpable. Pero éste, que niega los hechos, es tremendamente inteligente y culto, y no cae en la trampa. Argumenta sus convicciones. Y así el libro resulta muy interesante.
Entre cada capítulo de los interrogatorios, el protagonista escribe a “Amormío”, una mujer amada suya, no se sabe si real o utópica, que es la que le sostiene sereno y firme en su estado aislado en prisión. Ella le da Esperanza, ganas de vivir, Las cartas siempre se dirigen de él a ella. Una razón para vivir con dignidad.
Es una novela elegante e impactante. De Luca lleva al límite su personal estilo narrativo, en parte poético y con gran interés en el análisis de la naturaleza humana. Ahonda en ese espacio-tiempo en el que acontece algo que pensamos que nunca podría suceder. Partiendo de ese marco, entrelaza magistralmente dos destinos hasta que consigue plantearnos que nos cuestionemos nociones sobre la justicia y la responsabilidad. Al final también hay una carta del juez, dirigida a él. Porque también al magistrado este interrogatorio le ha enriquecido y replanteado algunos temas.
Llama la atención la coherencia íntima del personaje principal en sus convicciones (lo que de bueno aporta, según él, el Comunismo (145); los lazos fuertes de la Fraternidad, bajo la cual tiene que vivir el Comunismo, o de otra manera se degrada en Jerarquías y nuevos privilegios (147)), su amor a la montaña, la necesidad de la soledad en ocasiones, su firme pasado de compromiso político, y su amor por un rico vocabulario. Su noción clara de lealtad. Su “idealismo realista”, si se puede expresar así.
La novela gustará a personas cultas y con deseos de pensar. Interesante para libroforum.
Reseña de Pipa para Club del lector