Esta mañana mientras venía al trabajo he estado escuchado la entrevista que Carlos Herrera le estaba realizando a Mons. Argüello (Secretario de la Conferencia Episcopal Española) y me ha parecido muy interesante cuando ha afirmado que desde que se aprobó la primera ley del aborto hasta el día de hoy ha evolucionado mucho la ciencia y, en concreto, hoy es muy fácil de diagnosticar, por las ecografías en 3D, que en el seno de una madre lo que hay es una vida ajena a la suya.
Nadie duda de que a una mujer se le presenta un grave conflicto. Lo vemos hasta en la propia Edith (Downton Abbey) cuando se plantea abortar por lo que puede suponer para una mujer de su época tener un hijo fuera del matrimonio pero, al final, busca una solución que sea la más favorable para ella y el propio bebé.
¿Explicamos la verdad a una mujer cuando decide abortar? ¿No debería ser una obligación de los médicos el contar la verdad? ¿Saben estos médicos la verdad de lo que están haciendo o sólo se mueven por un interés económico?
La nueva ley que quiere aprobar el gobierno de España no busca favorecer la vida en el invierno demográfico que vive este país, sino otros objetivos que se nos escapan.
Robert Tyrrel