Al Obispo Munilla le han sentado bien los aires del mediterráneo y, como anteriormente, no deja de decir verdades como puños. En uno de sus últimos tuits le recuerda al Presidente Biden que no hay religión a la carta: cuando no somos fieles a la fe recibida, tendemos a construir una religión a nuestra propia medida.
Biden no es el primero ni será el último que fábrica una religión según sus cánones: es lo más fácil. Lo difícil, no sólo es reconocer, sino aceptar que Jesús es la Verdad: la totalidad del mensaje evangélico. El peligro es cuando nos apropiamos de unos pasajes y desechamos otros.
En la Cruz, por hablar de un acontecimiento concreto de la vida de Jesús, hay un buen ladrón, pero hay otro que es malo. A Dimas, el bueno, le promete el cielo. Del otro desconocemos su paradero.
Robert Tyrrel