«Déjame hablarte al corazón…»

Amor, Sagrado Corazón

Sin Autor

Déjame hablarte al corazón.
Déjame susurrarte lo que tantas veces olvidas: eres precioso para mí.
Te he soñado desde toda la eternidad. He pensado en ti, en cada detalle de tu ser, en tus sonrisas, en tus lágrimas, en tus luchas, en tu historia.
No eres uno más.

Eres único, irremplazable, inmensamente amado.
No te amo por lo que haces o dejas de hacer.
Te amo porque eres mío.
Te amo porque he entregado por ti todo lo que soy.
Mírame en la Cruz: cada herida, cada gota de sangre, cada suspiro ahogado, fue por ti.

No te imaginas cuánto me costaste…
Te compré no con oro ni plata, sino con mi propia vida.
Ese es tu valor: mi Sangre.
Cuando caes, no dejo de amarte ni de ir en tu busca.
Cuando fallas, no dejas de ser amado.
Mi Misericordia no tiene medida.

Yo perdono mucho. Yo lo perdono todo.
No hay pecado más grande que mi amor.
No hay abismo tan hondo que mi Misericordia no pueda abrazar.
Deja de huir. Deja de esconderte.
Yo no vine a buscar perfectos: vine a buscarte a ti.

Te quiero tal como eres hoy, para llevarte a lo que estás llamado a ser.
Cuando piensas que no eres suficiente, yo te miro y sonrío, porque para mí, siempre has sido suficiente para darlo todo.
Ven, apóyate en mi Corazón.
Descansa en mi abrazo.
Yo no me canso de ti.

Yo no me rindo contigo.
Mi amor por ti es eterno.
Y aunque todo el mundo te fallara, aunque tú mismo te fallaras,
yo nunca dejaré de amarte.
Eres mi alegría,
mi pequeño tesoro,
mi herencia.
Mírame.
Estoy aquí, siempre,
esperándote.
No te canses de decirme: Jesús, confío en ti.

P. Jesús Silva
@elpadrejesus_