Carta de un joven universitario al fallecido Papa Francisco

Cambiar el mundo

Sin Autor

Querido Papa Francisco:

Hoy escribo con un nudo en la garganta. Ya no está entre nosotros, pero sé que ahora está más cerca que nunca. No tengo otra palabra más profunda que esta: gracias.

Gracias por haber creído en los jóvenes cuando el mundo nos decía que no éramos capaces. Gracias por hablarnos de un Jesús vivo, cercano, que nos ama con locura. Usted me devolvió la fe cuando pensaba que la Iglesia no tenía lugar para mí.

Gracias por mostrarme que la confesión no es una condena, sino un nuevo comienzo. Por hacerme entender que el perdón de Dios es más grande que mis errores. Por su paciencia con un mundo impaciente. Por su ternura que desarmaba corazones endurecidos.

Gracias por decir que somos el “ahora de Dios”, por invitarnos a hacer lío, por impulsarnos a transformar el mundo con el Evangelio en una mano y la esperanza en la otra.

En la universidad, entre exámenes y búsquedas, su voz fue una brújula. Y lo seguirá siendo. Porque su vida no termina aquí: se ha sembrado en miles como yo que queremos seguir lo que usted empezó.

Viva en paz, Papa Francisco. Ahora descanse en los brazos del Señor al que sirvió con pasión. Aquí seguiremos su huella.

Equipo JC