La Confesión, el abrazo de Dios

Confesión

Sin Autor

Para nosotros los católicos, la Confesión es uno de los sacramentos más misericordioso y lleno de gracia, ya que por medio de ella disfrutamos de encuentro profundo con Dios, su amor y su inagotable misericordia; ahí nos despojamos de nuestras faltas y recibimos su perdón y amor. A través de la confesión, nos reconciliamos con Dios y con nuestra comunidad, restaurando nuestra relación con Él y fortaleciendo nuestra vida espiritual, permitiéndonos que él haga su obra en nuestra humilde humanidad.

En mi caso como formando Carmelita descalzo, y siguiendo el ejemplo de nuestra Santa Madre Teresa de Jesús, me permito decir que, la confesión es mucho más que un simple acto de penitencia; es un encuentro profundo con la misericordia de Dios y una oportunidad para la renovación espiritual, donde dejo que la gracia de Dios me abrace y limpie.

El sacramento de la confesión es un medio esencial para avanzar en el camino de la santidad, el cual debe ir acompañado con un compromiso sincero de cara a la conversión continua que cada uno de nosotros debe tener. El acudir a este sacramento no es solo confesar nuestros pecados, sino que debe ir acompañado con un deseo real de cambiar y crecer cada día en nuestra relación con Dios.

En fin, la confesión es un acto integral de renovación espiritual, confianza en la misericordia divina, y un compromiso con una vida de santidad y transformación continua. No dejemos pasar este tiempo de gracia que la iglesia nos regala, acudamos a tan valioso y misericordioso sacramento y dejemos actuar a Dios en nuestra vida.

Víctor José Morales-Ch.