¿Esperanza? Siempre

Cambiar el mundo

Sin Autor

Nos encontramos en el Año Jubilar de la Esperanza y me pregunto yo: ¿dónde duerme la esperanza? ¿dónde descansa la ilusión? ¿Cabe la esperanza en una sociedad en la que hay récord de suicidios, récord en consumo de psicotrópicos, millones de familias rotas, infidelidades en prime time, abortos constantes, jóvenes sin ilusión por la vida? jajaja evidentemente sí. Imposible ¿Dónde?

Fácil: en la sencillez de un niño, en el canto de los pájaros, en las rosquillas de tu abuela, en la brisa que acaricia las flores, en el incienso que se funde con el humo de las velas, en el perdón que tu hermano pequeño pide a tu madre cuando rompe el jarrón de un pelotazo, en tu sonrisa… todas estas cosas son en realidad, reflejo de Dios. La esperanza está en Dios. La esperanza es Jesucristo. La esperanza es saber que, aunque temporalmente pasen cosas malas, el Bien, la Verdad y la Belleza fagocitarán todo en la eternidad.

¿Que hay muchas cosas mal en esta vida? Sí, desgraciadamente ¿Qué la sociedad moderna ha degenerado en ansiedades, depresiones y tristeza absoluta? 100% ¿La vida está ya perdida y nuestro destino es irremediable y nuestro pasado irreparable? Jamás. Por la misericordia de Nuestro Dios, nos visitará el Sol que nace de lo Alto jejeje.

En la medida en que Le mires y te centres más en Él y menos en ti, hallarás la esperanza que te transmito.

Todos los vivos estamos llamados a la santidad. Si seguimos vivos es porque AÚN tenemos vocación a la Santidad, esto es a la Gloria y Felicidad sempiterna. ¡Así que espabila! ¿Esperanza? Sí, gracias a la Pascua de la Resurrección, clímax y consecuencia de la Cuaresma y la Pasión. Por eso en este tiempo, querido amigo, tienes que trabajar tu corazón en la esperanza. Porque todo está ganado. Porque para Dios nada hay imposible.

Porque la Revolución de la Sonrisa ha llegado para quedarse, y mientras haya una persona viva (una vocación a la santidad por tanto), la esperanza es simplemente, una realidad. Si estás fuera de esta realidad, te aconsejo que acudas a las fuentes materiales y espirituales de la esperanza: los sacramentos. Prepara tu corazón para una sagrada Comunión con Nuestro Señor Jesucristo (pidiendo antes, en la Confesión, el perdón de tus pecados) y verás cómo rápidamente entras en contacto con esta locura de amor esperanzador.

Céntrate en propagar esta esperanza a través de todos los actos que reflejan la bondad de Dios y piensa en la eternidad. ¡Dios está contigo, todos los días, hasta el fin del mundo! No lo olvidemos jamás.

Dani Mora