Antonio Guillén hace rosarios únicos cargados de oración

Noticias

Sin Autor

Antonio Guillén es un jienense afincado en Madrid, casado con Beatriz y padre de una niña de 8 años. Empresario y asesor financiero-tecnológico, su vida ha dado un vuelco a causa de las secuelas que le ha dejado una meningitis.

En una entrevista de Alfa y Omega, explica el tremendo proceso por el que ha pasado a partir de una infección de oído que se le pasó al cerebro. Ha sufrido varias intervenciones y finalmente ha perdido la audición completa de un oído y el 50% del otro, además de sufrir vértigos y migrañas de forma crónica.

¿Cómo la asumió? Misteriosamente, desde el momento en que me di cuenta de que no iba a volver a oír como antes y de que mi vida sería diferente, le dije a Dios que, si esto Él lo quería para mí, yo lo aceptaba amorosamente. En ningún momento he sentido en mi alma ese dolor que deja el haber perdido algo grande en tu vida y en el que descargas tu ira contra Dios porque no comprendes una situación desgarradora. Todo lo contrario; me he sentido siempre muy amado y muy protegido por Dios y por su Madre. Eso me da una paz que aún no termino de comprender, pero que me mantiene a flote.

Cuando su médico le recomendó hacer trabajos manuales, se le ocurrió hacer rosarios. Y lo que empezó como un hobby hoy se ha convertido en @rosariosgodworker. «Tengo de siempre un amor muy grande por la Virgen y una gran devoción al santo rosario. Qué mejor manera de extenderla.»

«Cada rosario es único porque va cargado de mucha oración por la persona que lo encarga y su familia, y porque pongo todo mi cariño e ilusión para que, en cada hogar, se institucionalice este rezo», explica Antonio, además de destacar que son irrompibles..

Lo que le pide a la Virgen es «por la conversión de todo el mundo, porque haya mucho amor entre las personas y siempre reine la paz. Y a la Virgen, especialmente, que con su manto nos proteja de esta sociedad cada vez más egoísta y anticristiana. También por el Papa Francisco, para que sea muy santo y guíe correctamente a la santa Iglesia.»

Fuente: Alfa y Omega