En medio del dolor, la madre de Micah, un niño de 7 años que falleció por el huracán Helene, a su paso por Ashville (Carolina del Norte), narró el gran testimonio de fe que dejó su pequeño y las últimas palabras que dedicó a Jesús antes de su muerte.
Para salvarse de las inundaciones, Micah, su madre y sus abuelos se refugiaron en el techo de su vivienda, pero ésta no resistió el impacto del agua y se derrumbó. Megan quedó atrapada en el agua durante 5 horas hasta que fue rescatada, pero su hijo y los abuelos no lograron sobrevivir.
“Su mayor sueño, todo lo que él quería ser, era ser un superhéroe, ese era su objetivo en la vida, y en su lugar, se convirtió en mi héroe. Porque él alcanzó algo más allá de lo terrenal, más allá de lo humano, más allá de lo que creo que incluso los adultos buscarían. Mi hijo clamó al único Dios Todopoderoso».
Él era el más inteligente, valiente, lleno de esperanza, un gran amigo, un gran hijo, no podría haber pedido un mejor hijo, y fue tan feliz hasta el final cuando estaba gritando por Jesús, y en ese momento creo que encontró la alegría”
Fuente: ChurchPop