Considerado «el país más laicizado del mundo», Suecia registra actualmente una pequeña primavera católica. «Aquí la gente se abre cada vez más a la fe», dice el cardenal Anders Arborelius.
El laicismo imperante y una mayoría luterana han hecho que su trabajo. Sin embargo éste último está sufriendo un grean desgate y cada año aumentan las conversiones incluso de pastores.
Si en el año 2000 los católicos registrados eran 87.000, hoy son casi 130.000. «El número de los católicos registrados crece cada año, con aumentos que van de 1.000 a 3.000 fieles», relata Arborelius, el primer cardenal sueco y también el testigo del cambio que se está llevando a cabo: nacido en Suiza, bautizado luterano y crecido en Suecia, se convirtió al catolicismo.
El padre Gustav Ahlman, de 39 años, vicario de la parroquia de Cristo Rey en Goteborg que se convirtió al catolicismo -del luteranismo- desafiando la voluntad de sus padres, confirma la existencia de nuevas vocaciones que, a menudo, llegan de conversos.
En este contexto, hay un creciente interés de jóvenes por la Iglesia. «En mi primer año como sacerdote se pusieron en contacto conmigo cinco, seis jóvenes de entre 13 y 18 años, que estaban interesados en ser católicos».
Fuente: Religión en libertad
