El padre José Humberto Negrete, originario México, nació en de mayo de 1968. Se ordenó sacerdote con 28 años. Hace varios años enfermó de una diabetes que le ha llevado a ir perdiendo la vista progresivamente hasta quedar ciego.
«Me ha hecho más sensible con los que sufren, con los enfermos, con los que me piden escucharlos, con los que me piden un poco de mi tiempo. El tiempo es para ellos», comenta a Aleteia.
Confiesa que al principio fue muy difícil, su actitud fue de enojo, de no querer someterse a la voluntad de Dios. Desde un punto de vista humano su vida ha perdido sentido pero pero asumiéndolo desde una visión teológica, divina, esto es una ganancia», dice convencido, «he ganado más almas para Dios, sin ojos, que con ojos».
Tiene una asistente que se coloca junto a él durante la Eucaristía para leer en el Misal lo que él repite ante el micrófono y también le asisten para distribuir la Comunión.
Fuente: Aleteia