El amor y las emociones

Amor, Matrimonio, Noviazgo

Sin Autor

Quieren una vida llena de sentimientos y emociones fuertes. Muchos creen que el amor depende de ello, por eso, cuando fallan esas sensaciones dicen que: «el amor se ha acabado».

Un amor que depende únicamente de las emociones, no es amor. Hoy vivimos una falsedad.

Aunque sea en un orden diferente, un creyente, incluso con buena formación, no está exento de eso. Puede dejar de percibir: Esa persona que te escribe interesándose por ti, y no le respondes, o nunca le preguntas; esa que te trae una botella de agua fresca, porque te ve agotado.

Te ayudan en tu labor. O hay quién te sonríe y hace la vida agradable. Y No ves cuánto amor hay en ese gesto, pues estás más pendiente de las emociones, y encima, te crees con derecho a ello.

Dios, te ofrece consuelo con su compañía cuando oras, y te conforta con los Sacramentos. Y en la Eucaristía se hace uno en ti. Vive en ti!

Cuántas caricias recibimos diariamente, y las despreciamos. Sí, el amor exige silencio, contemplación, paciencia, entrega, atención…

¡Es la gran cobardía! Se huye del amor, para vivir de la emoción.

Hazme el favor de contemplar cuántos detalles ha tenido hoy Dios contigo en la intimidad, y a través de personas. Empieza a ocuparte más de los demás. Aunque no se den cuenta y te lo desprecien, hazlo por el Señor. Llena este mundo de amor, y anula la falsa emoción.

Y no te quejes, yo también lo intento y fallo. Y cuando amo, también me hieren en muchas ocasiones. ¡Y seguimos amando!

Mn. Jaume Melcior