Pablo Olmedo es un joven de 24 años que ahora pertenece a la pastoral universitaria de Murcia, pero durante su adolescencia fue ateo y materialista convencido, negaba todo lo que tuviera que ver con lo trascendente. Ni siquiera llegó a hacer la Primera Comunión.
Con 17 años empezó a interesarse por la filosofía y leyó entre otros a santo Tomás de Aquino. Pero no fue hasta la JMJ de Lisboa cuando se produjo su conversión.
Acompañó a su novia sin más. De pronto, llegaron a la misa de acogida del Papa y se vio rodeado de 2 millones de jóvenes de distintos países. Fue ahí donde según nos cuenta pudo: “Ver gente de todos los países, lo grande que es la Iglesia y lo pequeño que era yo me hizo darme cuenta de que yo quería vivir con la misma comunidad que ellos. Fue como renacer”.
El sí de Pablo a la JMJ se mantuvo porque el señor se lo concedió y porque el grupo de amigos con el que fue le sostuvo, explica a Cope.
Los frutos se fueron manifestando, el fruto más importante fue cuando Pablo tomó la decisión de recibir la Primera Comunión.
Fuente: Cope