Ordenado el pasado mes de junio, Jason Nioka, de tan sólo 28, que dejó el judo de alto nivel para ser sacerdote, es el encargado de supervisar la capellanía católica de la villa olímpica de París 2024, para así atender a los atletas que deseen acompañamiento espiritual durante estos días.
Todos los días, de 7 a 23 horas, durante los Juegos Olímpicos, estará de guardia para los 14.500 atletas, en una sala del centro multirreligioso emplazado en la propia villa olímpica.
Su vocación se remonta a una peregrinación a Lourdes, a los 13 años, con su familia. “Sentí una gran paz interior. Cuando gané una competición, no fue tan fuerte”, recuerda.
Cuando estaba en Inglaterra entrenando con judokas británicos mientras asistía regularmente a una parroquia sintió la llamada para ingresar en el seminario. “Me sentí más como en casa allí que sobre una estera de judo. Sucedió de forma natural”.
fuente: Religión en Libertad