¿Cómo se hace oración?

Catequesis, Oración

Sin Autor

A veces nos preguntamos, ¿Cómo se hace oración? ¿Qué tengo que hacer? ¿Tengo que sentir algo? Yo misma me preguntaba esto hace nada, y poco a poco he ido aprendiendo que simplemente con sentarte delante de Él, de adorarle, de mirarle… se consigue incluso más.

La oración es como una semillita en la fe de cada uno, que si la vamos sembrando cada día esa fe crece y sigue creciendo hasta hacerse fuerte y valiente. Porque para mí, la verdad de que Dios existe y creer en ello, aunque sea invisible a nuestros ojos, y justo por eso, es de VALIENTES, porque a veces es tan grande que no cabe en nuestro entendimiento, pero a la vez es tan pequeño que siempre tiene hueco en nuestro corazón y es precisamente el de arriba el que nos hace viajar de la cabeza al corazón.

Es de personas que tienen voluntad, coraje y que sobre todo no tienen miedo, porque saben que nunca van a estar solos, ya que hay un AMOR tan grande, que solo con su presencia nos abraza en cada momento, tanto en las alegrías, como en los disgustos, ya que ese amor supera todas nuestras debilidades. Además, no solo considero que es de valientes, sino también de personas que viven su vida con humildad y SENCILLEZ, sencillez de corazón, que reducen el ruido de su alrededor para abrir las puertas de su alma, que a través de sus obras dan testimonio de que están junto a Jesús y esa es otra manera de orar, a través de los actos. Porque lo que a veces no sabemos expresar con palabras, se hace realidad mediante las buenas acciones.

Esta sencillez de la que hablo, se consigue viendo a través de la mirada de un niño, como una persona que lo vive todo por primera vez, que se ilusiona con cada detalle y que exprime cada instante y a cada persona para sacar lo mejor de éstas. HAY QUE SER NIÑOS EN LA FE, en cada oración, en cada diálogo con el Señor, sacando una reflexión nueva en cada uno, como si fuera el primero.

Por eso, es importante “no perder el contacto con Él”, como con un amigo, aunque Jesús por más que nos alejemos o no hablemos con Él, siempre nos sigue queriendo de la misma forma y sobre todo, siempre nos perdona y nos perdonará. Y eso es lo que a mí me transmite: PAZ, ya que Él sabe más. Por eso, para mí la fe se resume en estas 4 palabras: VALENTÍA, SENCILLEZ, PAZ y AMOR; los cuatro pilares que me ayudan cada día para fortalecer mi fe en Dios.

Begoña Corral Codina