De la cancha de baloncesto al monasterio. Del deporte profesional a la vida contemplativa. La estrella del baloncesto italiano Oriana Milazzo, ha encontrado su sitio en el convento de las Hermanas Pobres de Santa Clara, de Alcamo.
Hoy, 28 de junio, tras los pertinentes años de postulantado, noviciado y profesión temporal, ha realizado su profesión solemne.
Lla vida itinerante ligada al baloncesto es la que trae a Oriana a Alcamo. Aquí los padres confían a la niña a una familia de terciarios franciscanos que van a misa en la iglesia del monasterio y le permiten empezar a conocer la comunidad de las Hermanas Pobres.
Pese a su ascenso en su carrera deportiva siempre había un vacío que no llenaba, le faltaba algo. Empezó a dedicar más tiempo a ayudar en la parroquia y maduraba la idea de continuar Medicina, con el objetivo de convertirse en médico misionera.
Fue en la JMJ de Madrid de 2011 cuando tuvo claro el plan de Dios, y regresó al monasterio de Alcamo de las Hermanas Pobres. «Sentí que volvía a casa», reconoce.
Fuente: Religión en Libertad
