Beatriz y Ernesto eran un matrimonio ‘al uso’. Alejados de la fe, ella volvió a la iglesia y se ‘enganchó’ a un grupo de oración. Rezó por la conversión de su marido, Ernesto. Él viajó a Medjugorje y tuvo una experiencia que le cambió para siempre.
Tras la vuelta a la fe la Virgen les invitó a recibir un regalo maravilloso: adoptar a Iker, un pequeñuelo con Síndrome de Down.
Testimonio ofrecido por la Asociación Lanza