Otoño de 1942. Un tren abarrotado atraviesa la oscura Alemania. A bordo viaja Harriet, quien se dirige a Múnich tras abandonar a sus dos hijos pequeños en un orfanato de su natal Dinamarca.
Su marido, Gerhard, ha sido abatido en el frente oriental, donde luchaba contra el comunismo en el bando alemán. Sumida en el más hondo duelo, Harriet arde por actuar, por aportar a la causa su grano de arena, por participar en la guerra.
En Múnich, Harriet es hospedada por unos viejos conocidos de su marido, los Franke, un matrimonio formado por Klaus, oficial de aviación de la Luftwaffe, y Gudrun, su esposa danesa. La pareja pertenece a la clase alta, y mientras en el frente la guerra se recrudece, en su magnífica villa continúan brindando suntuosos banquetes en los que se codean con lo más granado de la sociedad nazi.
Sin embargo, entre bastidores de los elegantes salones y especialmente en el sótano que alberga a las sirvientas ucranias de la villa, se impone el verdadero rostro del horror.
Formidable descripción de la vida diaria de las mujeres durante uno de los periodos históricos más negros de la historia europea.
Hasta la locura, hasta la muerte es el descarnado retrato de una mujer atrapada entre el afán de permanecer leal a las convicciones de su difunto esposo y la obligación moral de rebelarse contra la infamia que tiene lugar ante sus ojos.
En primer lugar, hay que decir que se trata de una gran novela, por la intensidad y calidad narrativa, por la matizada caracterización de los protagonistas, pero que no se asuste el lector cuando abra el libro y vea que no tiene capítulos ni puntos y aparte.
Otoño de 1942, Harriet ha perdido a su marido cuando Dinamarca ha sido absorbida por la Alemania nazi. Piloto del ejército danés, pasa a depender de la Luftwaffe y muere en el frente oriental, en Rusia. Una amiga suya, también danesa, casada con un teniente general alemán (Klaus Franke), la invita a pasar una temporada en su casa de Munich, para que se recupere de la pérdida de su marido.
Harriet emprende el viaje y, en la estancia de unos cuatro meses, irá descubriendo la realidad del nazismo. Lo que convierte aquellos meses en Alemania en una creciente pesadilla.
Además de los personajes citados, aparecen otros, como las sirvientas eslavas que trabajan en la casa de los Franke, otra sirvienta, Ingrid (católica), etc.
La autora plasma muy bien las dudas y remordimientos de Harriet al descubrir lo que está pasando, pero también la complejidad psicológica de otros personajes, sus contradicciones y vacilaciones, a pesar que aparenten una defensa cerrada del nazismo.
Thorup se ha documentado bien para escribir esta excelente novela, que nos vacuna contra los nacionalismos racistas.
Reseña de Cattus para Club del Lector