La Archidiócesis de Madrid nos muestra a una familia misionera formada por Rosa, Edu y sus siete hijos. Actualmente están en Los Guidos, una población de Costa Rica, en donde hay mucha pobreza.
Este matrimonio se conoció en la Universidad precisamente por esa inquietud misionera que ya tenían.
Conocieron el Movimiento Apostólico de Schoenstatt «y ambos nos enamoramos de la misión». En aquella experiencia, «Dios me regaló al amor de mi vida, Edu, y enamorarme de la Iglesia». Y, además, les puso en el corazón «un anhelo de entrega muy grande».
Han pasado por la India, en lugares de mucha miseria, vuelta a Madrid donde conocieron las familias misioneras del Camino Neocatecumenal, y después Costa Rica hasta el día de hoy.
Tienen 7 hijos, uno de ellos es una niña etíope. «Un día, haciendo oración contemplativa con Edu, en silencio cada uno, ambos sentimos en el corazón que Dios nos pedía empezar una comunidad», explica Rosa, Y así es como nació Ignis Mundi.
La Providencia les facilitó la compra de un terreno en una de las zonas más deprimidas de San José, Los Guido, de extrema pobreza.
«Creemos que hay personas que tienen que pasar por una experiencia previa humana de amor para volver a la Iglesia». Para ello, «seguimos la estrategia de Jesús, que entra en contacto con la persona». Y por eso, «nosotros nos vamos a vivir allí; te haces vecino y proyectas otra manera de vivir».
«El misionero que no reza acaba siendo un activista», resume Rosa. De esta manera, cada familia, «respetando la sagrada vida de cada una», reza en su casa laudes, hace una hora de oración en silencio al día, lectio divina y, por la noche, una oración de alabanza.
Fuente: Archidiócesis de Madrid