El próximo miércoles, además de ser de Ceniza, celebraremos San Valentín, el día de los enamorados; y esta siempre es una fecha interesante para hablar de amor.
En el año 2001, mi amigo José vivía en Nueva York. Trabajaba para un gran banco de inversión y su abultado sueldo le permitía alquilar un pequeño apartamento en uno de los más altos rascacielos del centro de Manhattan. Cuando ocurrió el atentado de las Torres Gemelas le llamé por teléfono.
– No es fácil vivir esto – me dijo-; si miro desde las ventanas de mi apartamento –en el que yo había estado justo un año antes- hacia el norte puedo ver Central Park preparándose precioso para el otoño. Y si miro hacia el sur veo las columnas humeantes de los restos del World Trade Center con todo el dolor que ello arrastra.
Y es que el amor, como la vida, hace sufrir. Si no hace sufrir, no es amor, o no es vida.
Tras aquellas nubes de polvo y humo había dolor y sufrimiento, pero también valor, coraje y una enorme compasión. Los miembros de los equipos de emergencias y seguridad que aquella mañana corrieron hacia esos edificios que se venían abajo, además de miedo, sintieron amor. Amor por personas, a las que ni siquiera conocían, pero a las que intentaron salvar. Personas que no llegaron en muchos casos (casi 3.000) a sentir ese amor. Y no hay amor más grande, que el desinteresado. Amar por que sí. Sin esperar.
En la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard hicieron ver a unos participantes en un estudio un documental sobre la Madre Teresa, con la intención de provocar en ellos sentimientos de altruismo. Después, los investigadores midieron en ellos el nivel de inmunoglobulina A, que disminuye cuando hay ansiedad. Y había aumentado. Lo que quiere decir que el altruismo vence al miedo.
Podemos decir que el altruismo es la forma más pura de amor, aquel que nos capacita para amar aunque no seamos correspondidos. O no del todo. Dos personas enamoradas nunca se aman igual, y el más afortunado –como los servicios de emergencia del 11S- es el que más ama. Porque realmente sólo podemos sentir de verdad el amor con el que nosotros amamos.
Así que este San Valentín ama. Todo lo que puedas. Sin importarte si es correspondido o no. Verás como si no hoy, mañana, acabará siéndolo.
Feliz día de los que aman sin medida. ¡FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS!