A los 53 años, con una exitosa carrera como pintor por delante, José María María Méndez ha decidido dejarlo todo para ser monje y entrar en el Monasterio cisterciense de Santa María de las Escalonias de Hornachuelos (Córdoba).
Allí cumplirá su mayor deseo: dedicar el resto de su vida a la oración. Su nombre artístico pasará a ser apelativo monástico y será llamado «hermano Jarén». Este gran artista sevillano comparte con Fundación DeClausura su testimonio y sus reflexiones en el XXVI encuentro en torno al claustro.