Puede que estas semanas hayan pasado volando o que entre una y otra cosa el adviento, como tiempo de preparación para la Navidad, haya quedado relegado a las obligaciones de cierre de año, algunos otros problemas y las compras para poder recibir a los invitados en Noche Buena. Puede que haya pasado esto o cualquier otra cosa que nos haya dificultado el hecho de poder preparar con empeño nuestro corazón para vivir con plena alegría y conciencia el nacimiento del niño Jesús.
Vengo a traerte una buena noticia, aún estás a tiempo. Solo es necesario dar importancia a lo que realmente importa. Lo más importante de la Navidad es que nos nace un salvador y trae consigo un mensaje de amor para todos. Para recibirlo hace falta limpiar el corazón, hacerle lugar, correr todo lo que estorba y no nos permite hacer de nuestro interior un hogar cálido para acunarlo como lograron hacerlo María y José con el pesebre en Belén.
Puede que este tiempo te tome desprevenido y no sepas cómo prepararte, date pequeños espacios para la oración, visita al santísimo, ponte frente a Él y dile que tiene un espacio en tu vida y que quieres que venga a renovarlo todo. Cambia tu mirada, sé solidario/a con quienes más sufren. Este tiempo de Navidad es un tiempo donde el amor se hace presencia en la generosidad de cada uno de nosotros para con nuestros hermanos y hermanas más necesitados. Revisa tu corazón, perdona y llénate de buenos deseos para que esta fiesta santa no pase como un día más, sino que verdaderamente sea el día del Señor.
Todavía estás a tiempo… No dejes pasar la oportunidad de que el Niño Jesús habite en ti para que puedas nacer de nuevo y ser testimonio de su presencia en tu vida para los demás. No dejes que las luces de colores opaquen a la luz más hermosa que quiere iluminar tu vida para colmarla de sentido y propósito de santidad.
Que el niño Jesús nazca en tu corazón y te regale una vida llena de paz, alegría y amor.
Amén