Francisco Solano Aguilar nació en Montilla (Córdoba) y estudió en el Colegio Salesiano hasta graduarse en la ESO. Tras cursar Bachillerato en el Instituto Emilio Canalejo de la localidad, decidió irse a Sevilla para estudiar Ingeniería Industrial, pero una pregunta rondaba siempre en su vida: Paco, ¿tú no te has planteado ser sacerdote?
La vocación de ser cura no se le iba del corazón, por lo que decidió ingresar en el Seminario “San Pelagio” para seguir el testimonio de los sacerdotes a los que había ayudado como monaguillo en la Basílica de San Juan de Ávila. Su alegría y su entrega lo condujeron a formarse para ser sacerdote en el Seminario, donde ha vivido momentos muy intensos: las entrevistas con los profesores, las clases, largas horas con el Señor, numerosas actividades pastorales en las parroquias o la misión diocesana que este verano ha vivido en Picota.
Para Paco, la llamada del Señor ha sido todo un regalo, pues ha sentido cómo Dios miraba el amor de su familia y cómo ésta lo ha apoyado siempre. “Dios me ha elegido, se ha enamorado de mí y quiere consagrarme enteramente a Él y esta es una alegría muy grande”.