A la Virgen le dedicamos muchas fiestas, una de las más importantes es la Inmaculada.
En cierta ocasión un pintor famoso iba a dibujar una imagen de la Inmaculada. Buscando el rostro de una joven que pudiera servirle de modelo, se fijó en una que correspondía al ideal que se había formado en su imaginación. Se acercó a la joven y le pidió si estaría dispuesta a posar en su taller para servir de modelo de un cuadro de la Virgen. La joven se quedó sorprendida; pero después de serenarse, dijo al artista: Hoy no puede ser, iré mañana.
Al día siguiente, después de los saludos previos, dijo la joven al pintor: Ayer no me atreví a servir de modelo para un cuadro de la Inmaculada porque no estaba en gracia de Dios. Esta mañana me he confesado y ahora podré servir menos indignamente.
La verdadera devoción a María nos debe llevar a imitarla y tratar de parecernos más a Ella cada día. Los hijos deben parecerse a su Madre.
Rafael de Mosteyrín Gordillo
Imagen: Inmaculada, Raúl Berzosa