Tengo quince años y escribo en el cuarto de los aperos, sobre una mesa que mi abuelo ha improvisado con cuatro maderas y que cojea con el movimiento de la mano. Hace frío, la nieve acecha las casas enjalbegadas. Me gusta meterme aquí y oír el murmullo del río, ver el cuerpo de mi abuela arrojando a los gatos tacos de tocino y restos del arroz del mediodía, con el cuerpo tan doblado que parece un compás. A esta edad uno sueña con grandes cosas. Grandes planes que uno piensa cumplir a rajatabla. Todavía no sé que de todo cuanto fantaseo sólo habrá una cosa –quince años más tarde– que sobreviva: un hombre de treinta en otra mesa igual de precaria que deseará escribir con la misma ingenuidad con que lo hago ahora, a los quince.
Nuevo libro de Jesús Montiel, como en los anteriores, aforismos, prosa llena de lirismo, observación de la vida cotidiana y encuentro con lo sagrado, con el misterio, la belleza, el amor que muchas veces no somos capaces de percibir.
Otro regalo de Jesús Montiel, en este texto dividido en dos partes. «Notas a pie de instante» son aforismos y pinceladas de la vida cotidiana, con los que aprendemos a mirar y a trascender (el vuelo de un pájaro, una hoja caída, la luz en unos cristales rotos…) y a descubrir el misterio, lo sagrado, el amor, la alegría de vivir. La segunda parte es un homenaje a los árboles, cuya presencia e influencia está muy viva en el autor desde la infancia. Libro para leer y releer despacio, que nos enseña a contemplar ,a fijarnos en los detalles, en el que no falta la ironía sobre algunas costumbres de la ajetreada vida actual.
Reseña de Luis Ramoneda para Club del lector
