El director de vocaciones de la Arquidiócesis de Portland, Oregon (Estados Unidos), P. Peter Julia, tiene una historia vocacional poco convencional. Conoce cómo de un doloroso divorcio llegó a ser sacerdote.
“Estuve casado durante tres años y luego me divorcié»… “Es sorprendente como Dios es el único que puede sacar algo grande y bueno de una situación difícil, eso es exactamente lo que hizo conmigo”, afirma este sacerdote.
Durante su proceso de nulidad conoció al P. George Wolf: “Empezó a cuidar de mí, yo iba a misas diarias todo el tiempo. Y luego, a través de ese proceso de nulidad, eventualmente estuve tanto en la iglesia que él dijo: ‘¿Te unirías al consejo pastoral?’ Así que me uní”.
Finalmente ingresó al seminario en 2012.
“Creo que el mundo no sabe hacia dónde se dirige. No creo que sepan que su destino es estar con Dios en el cielo. Pero si sabes eso, todo lo que debes hacer desde este momento hasta el final es realmente orientar tu vida a esa meta”, agregó.
Fuente: ChurchPop