Sor Justina de Miguel tiene ahora 86 años de los cuales 46 los ha pasado en África como misionera. «He visto a una mujer que se estaba muriendo mientras un bebé le tiraba del pecho para comer. Eso es algo que no se olvida», explica a ABC.
La fe ha sido la que le ha insuflado energías para salvaguardar la vida de miles de niños en otros tantos orfanatos de países subdesarrollados y por eso siempre tiene una sonrisa en la cara.
Ahora, en Madrid adónde tuvo que regresar por motivos de salud, explica «No me aburro. Veo a niños africanos que han venido a España, me preocupo de que estén bien con sus nuevas familias…»
«Recuerdo que un chico recorrió 500 kilómetros hasta Senegal para traer a nuestro orfanato a su hija, que apenas respiraba. La niña pesaba 1.200 gramos. Por suerte sobrevivió y hoy la familia vive en Valencia».
«Manuel, otro chico al que ayudé, acaba de recibir una beca para jugar en un equipo de fútbol muy importante».
Fuente: ABC