Jessica Hanna, una defensora pro-vida de Detroit le diagnosticaron un cáncer de mama estando embarazada. A pesar de que varios médicos le aconsejaron abortar, Hanna eligió la vida. Como católica, rezó, y pidió a las personas en las redes sociales que también rezaran, y finalmente se curó de cáncer, según el informe.
Recurrió diez médicos diferentes, pero todos le decían que su cáncer era terminal. Decidió seguir con su tratamiento de quimioterapia con algunas modificaciones que no dañaran al bebé.
Con la esperanza de alentar a otras personas que luchan con embarazos difíciles, Hanna también creó una página en las redes sociales para compartir su historia y pedirles a las personas que recen.
“Pensé que ningún sufrimiento debería desperdiciarse”, dijo Hanna a EWTN. “No sé adónde me está llevando Dios. ¿Me va a llevar por el camino en el que necesito mostrarle a la gente cómo morir con gracia, con su gracia y misericordia? ¿O va a mostrar un milagro?
Pero se produjo el milagro. El niño nació sano y a ella le funcionó el tratamiento.
“Decidí usar las redes sociales para decir que no importa lo que creas que va a pasar, la confianza en Dios es lo más importante… Que vas a abandonar tus propios deseos y lo vas a dejar en el pie de la cruz y que Él se ocupe de ello”, dijo.
Fuente: Life News