12.000 personas participaron en la Gran Vigilia Diocesana celebrada en la Plaza de Toros de Valencia, el pasado sábado 29 de abril, se rezaron tres misterios del Rosario que fueron acompañados de distintos testimonios, entre ellos el de Ana Cuenca.
Ana tiene 30 años y pertenece a una comunidad del Camino Neocatecumenal. Hasta los 16 años llevó una vida completamente normal, pero entonces la enfermedad le desmontó todos los planes.
En un principio le costó pero la Virgen intercedió por ella. Ahora reconoce que la enfermedad le ha enseñado que “la vida se puede complicar pero si tienes al Señor, lo tienes todo”. De hecho, reconoce que ahora tiene “paz y la seguridad de que el Señor me cuida y me quiere”. “Me siento tremendamente amada por el Señor y los que tengo alrededor”.
“Yo no soy nadie, pero en mi pequeñez, el Señor me ha elegido para llevar su amor a los demás y que vean que se puede ser feliz en medio del sufrimiento”, declaró.
Finalmente se dirigió a los jóvenes e invitándoles “a que no tengáis miedo, a que abráis las puertas al Señor porque nunca os va a defraudar” sino que, al contrario, “os va a sorprender”.
Fuente: Paraula