Luis Vildoso, encargado para Venezuela de los proyectos de la fundación internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) acaba de visitar el país y ha podido detectar que la Iglesia y cómo esta sigue estando muy viva en medio de las dificultades.
«He encontrado una Iglesia muy viva, muy unida y alegre, a pesar de que le toca avanzar cuesta arriba. Se ve que Dios está allí, sosteniendo esta comunidad; él es su fortaleza. Desde el punto de vista social, hay muchas iniciativas en la educación y en la salud. Junto con la ayuda material, los católicos también reciben el pan espiritual a través de distintas actividades. Me conmovió mucho ver el compromiso de los laicos con la Iglesia. En medio de la carencia, han mostrado su generosidad con sus pastores, poniendo a su disposición sus vehículos, su saber y su experiencia para organizar iniciativas pastorales, por ejemplo para realizar distintos encuentros. Cada uno, tenga más o menos, aporta según sus capacidades».
«Hay lugares donde faltan sacerdotes. Muchos sacerdotes, religiosos y religiosas extranjeros han tenido que salir del país porque no les han renovado sus permisos de residencia. Además, algunos sacerdotes y obispos se sienten cansados, pues no ven una luz al final del túnel a corto plazo. Es por eso que es necesario ayudar al clero, contribuir con su renovación espiritual».
Toda la población está sometida a controles por parte del gobierno y por tanto la Iglesia también y en ocasiones han arremetido contra ella.
«El obispo la diócesis de San Carlos Cojedes nos invitó a un encuentro de jóvenes, no teníamos idea de la magnitud de dicho encuentro. Allí, vimos más de 500 jóvenes conversando con el obispo, haciéndole preguntas muy interesantes», ha manifestado Vildoso.