“La luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra mal detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca la luz, para que se vea que sus obras están hechos según Dios. (Juan 3, 16-21).
Ani Finat comenta este pasaje del Evangelio invitándonos a darnos cuenta que la felicidad no está en la autocomplacencia y en disfrutar de la vida sin Dios.
Escúchala porque es muy interesante su reflexión
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