Puedo empezar a enumerar una lista de lo que un “buen cristiano” debe hacer durante este tiempo: es tiempo de dar limosna, de ayunar, de abstinencia, de oración, de reflexión… Y puedo seguir añadiendo mil cosas a la checklist de “buen cristiano”.
Por eso la verdadera pregunta es: ¿cómo vivo YO mejor la Cuaresma? Me lo he estado planteando durante varios días, y he acabado cambiando la manera en la que me formulo esta pregunta: ¿cómo quiere Jesús que viva la Cuaresma?
Y creo que es tan simple como: siendo la mejor versión de mí misma. Para empezar a transformarnos en este máximo potencial de uno mismo, hay que poner a Dios en el centro de todo. También hay que saber que la mejor versión es la que más nos acerca al Cielo que, a fin de cuentas, es la meta de cualquier cristiano. Esto incluye ser la mejor persona que se puede llegar a ser en el trabajo, en la universidad, en el colegio, en casa, en la calle, cuando te encuentras con amigos o cuando te encuentras con desconocidos, o incluso cuando estás solo.
– Que cuando trabaje se lo ofrezca a Jesús, que ha muerto por mí. Que trabaje en serio, y que cuando esté cansada no tire la toalla, aunque me cueste. Porque la Cuaresma también es sacrificio. Hay que valorar que cada hora de trabajo es un privilegio y una oportunidad que no está al alcance de muchos.
– Que cuando esté en la universidad o en el colegio no me queje del sueño o del hambre que tengo, del rollazo que son las clases, o de lo pesado que es mi profesor. Hay que transformarse. Hay que agradecer. Hay que valorar que hoy me he despertado, que tengo la suerte de poder venir a clase y que, aunque ahora esté cansada y hambrienta, cuando llegue a casa me espera una cama y un plato de comida, y que, aunque escuchar al profesor me aburre, soy una afortunada por tener a una persona que se preocupa por educarme y formarme.
– Que en casa cuide la sonrisa diaria, ese detalle tan pequeño, pero tan capaz de transformar el día a los demás.
– Que cuando esté con mis amigos, sepa dar vida y transmitir vida, y que contagie la pasión por vivir. No me gusta dar la amistad por supuesta y acostumbrarme a ella: no hay regalo más grande que un amigo de verdad.
– Que el resto de personas que me conozcan (o no) vean a Jesús en mí, y que vean que el verdadero camino en la vida es el AMOR y el darse a los demás.
La mejor versión de uno mismo se consigue encontrando a Dios en cada cosa, buscando el sentido más hondo. Porque Dios es eso: la plenitud de todo. Es ser auténticos. Es dar amor. Es abrazar la Cuaresma. Es soñar con el Cielo. Es morir para vivir. Porque nuestra vida está llamada a tener un sentido, y por eso todos tenemos que preguntarnos a diario: ¿estoy siendo mi mejor versión?
Mercedes Rodríguez
@memerfp