Cómo evangelizar a los alejados

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Marcel Lejeune es una autoridad en evangelización y estrategia parroquial. Casado y con cinco hijos, preside los programas de formación apostólica para evangelizadores.

En un artículo que ha recogido Religión en Libertad plantea ¿qué hacemos una vez que alguien se aparta de la Iglesia, deja de ir o ya ni siquiera se identifica como católico? A lo que responde con 7 sugerencias:

1.- No respondas preguntas que no tengan: con demasiada frecuencia tendemos a monólogos cuando tratamos de evangelizar. Los alejados suelen plantearse grandes preguntas existenciales que muchos católicos no tienen respuestas adecuadas para ellos mismos.

2.- Sé lo suficientemente respetuoso como para escuchar la verdadera razón por la que se fueron, no la que tú les asignas. Recomienda hacer preguntas al otro que lleguen al meollo del asunto. “¿Qué te hizo irte?”, “¿qué le da sentido a tu vida ahora?”, “¿qué echas de menos de la Iglesia?” Así puedes situarte. Además es importante que «puedes entender sin estar de acuerdo»

3.- Apuntar a curar la enfermedad, no tratar los síntomas. Lo que queremos hacer es lograr que alguien tenga una relación correcta con Dios, no preocuparse por tratar los síntomas (su pecado) antes de tratar esta relación.

4.- Si está herido, entonces dale espacio para expresar sus heridas. Hacer saber a alguien que lo echan de menos puede ser lo que les dé espacio para regresar.

5.- Invierte en relación antes de volver a invitarle a los sacramentos. Muchos se van por no tener una relación antes. Es bueno fraguar una relación de amistad.

6.- Rezar. Es fundamental rezar por esa persona.

7.- Ofrece tu testimonio. Cuéntale lo que Dios hace en tu vida.

8.- Nunca subestimes el poder de proclamar la Buena Noticia acerca de Jesús. Y posteriormente puedes invitar a una respuesta por parte del oyente.

Ten en cuenta que hay que ser paciente. Recuerda que Dios siempre quiere lo mejor para los demás, más de lo que puedas imaginar. Nunca regañes ni seas demasiado crítico. Y no esperes que sea esa persona la que acuda a ti, ten tú la iniciativa.

Puedes leer este artículo completo en Religión en Libertad