Por Lucía Royo
@luciaroyo7
Siempre hay que dar lo mejor de nosotros mismos, pero no siempre es fácil. Qué mejor tiempo que Cuaresma, para esforzarnos un poquito más e intentar dar lo mejor de cada uno.
Ayunar de aquello que nos pueda hacer más débiles, tanto espiritual como emocionalmente. Salir de nuestra zona de confort por el Señor. Él nos dará las fuerzas que necesitemos, sólo hay que CONFIAR y recordar, mantenernos cercanos a Él mediante la oración.
Vivir la Fe en comunidad también ayuda; rodéate de tu familia, parroquia, amigos y ayudaos entre todos a conseguir aquellos objetivos propuestos.
Reflexionar sobre lo conseguido cada día nos hará superarnos y sentirnos junto a Dios.
