Por David Coll Marín
@daavyd04
La Cuaresma es el tiempo para darse cuenta que sin Dios no somos nada y que con Él somos todo. Momento en el que podemos llegar a ver nuestra pequeñez, viendo muchas veces que no podemos cumplir con el pequeño “sacrificio” que nos hemos propuesto para este tiempo.
Es un periodo en el que se invita a toda la humanidad a convertirse plenamente, para que esté lista para el tiempo de Pascua donde celebramos que la muerte ha sido vencida, donde rememoramos el acto de Amor más grande.
Muchas veces pensamos que este tiempo es un tiempo de dolor o de tristeza, y no es así, si no que es un momento donde Dios nos quiere regalar una transformación de nuestra alma, para que reviva en su amor.
Hoy en día en el mundo en el que vivimos donde no se le da ningún tipo de importancia a lo que va a acontecer, si no que al contrario muchas veces vemos como se ríen haciendo burlas de todo lo referido al tiempo de Cuaresma o de la Pascua, tenemos que vivir en imitación de Cristo, anunciar que Dios ha venido a salvar a la humanidad entera.
También para los que se ríen de Él y de nosotros, es un tiempo donde se nos invita a hablar como Jesús habló en la cruz “perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen”.
El tiempo de Semana Santa es el tiempo en el que se nos otorga la oportunidad de acompañar a Jesús en sus últimos días, hasta su Resurrección, para que nosotros resucitemos también con Él a una vida nueva, donde tenemos la certeza de que la muerte ya ha sido vencida y nuestros pecados ya están restaurados por su amor.