Por Sandra Merello González
@sandramerellog
No pienses que voy a darte unas instrucciones a seguir para ser la mejor novia del mundo y vivir una relación sin peleas. Todo lo contrario. Desde mi punto de vista como mujer y mi experiencia, quiero hablarte con sinceridad desde el corazón.
Partimos de la base que el noviazgo es una etapa para conocerse, por eso es muy bueno que nos conozcamos primero a nosotros mismos para poder saber qué queremos en la otra persona.
Tiene su fin en el matrimonio, aunque no te agobies si no llegas con esa persona. Puede que no sea LA persona. El noviazgo es precioso, aunque también es duro. No todo es perfecto. Pero ahí está la cuestión. Es un compromiso que incluye la ayuda al otro para mejorar.
Centrándonos en cómo debemos actuar si nos encontramos en una relación, tendremos que partir de los valores que tú consideres esenciales en tu vida y que te gustaría inculcar en tu futura familia. Conócete y conversa mucho con esa persona. Apóyalo en sus decisiones, interésate por sus gustos aunque a veces, no sean de tu agrado. Te lo agradecerá el doble.
Siempre, parte de la confianza. Estate tranquila cuando está con sus amigos o simplemente haciendo sus cosas. Forja una buena amistad, donde la comunicación tenga un papel esencial. Habla todo lo que te etiquete desde un punto de vista cercano, respetuoso y con amor.
Cuando amamos, nos entregamos al otro y aprendemos a amar con pequeñas luchas, que hacen que la relación se fortalezca.
Establece metas para crecer personalmente y juntos. Desarrollad juntos virtudes humanas como la generosidad, cede, ten paciencia y respeta la exclusividad que se merece.
Tened a Dios presente, haced cosas que os acerquen a Él. Que Él sea vuestro punto de unión. Creced juntos en la fe, aunque cueste, animaos mutuamente. Luego la satisfacción es inexplicable. Te invito a que te comprometas con tu noviazgo, establezcas unas bases fuertes que lo sustenten para que en un futuro todo sea más llevadero.