Por Javier Gaite
¿Nunca te has parado a hacerte esa pregunta?
Sufrimos por algo, por alguien, por acontecimientos que ocurren en nuestra vida, sufrimos por nosotros mismos, por no querernos tal y como somos. Muchos de los sufrimientos que padecemos los generamos nosotros: no nos queremos, estamos a disgusto con nuestra imagen, manera de ser, carácter, etc.
Pero, ¿Quién dice cómo tenemos que ser? ¿Lo que vemos en las Redes Sociales? ¿Lo que vemos en las películas? Nadie. Cada uno valemos oro, con nuestros defectos, nuestras virtudes y sí, esas virtudes que muchas veces creemos no tener pero que poseemos. Nos tiramos tanto para abajo que somos incapaces de verlas y de sabernos únicos, especiales, un regalo de Dios.
Todo lo que somos es regalado y deberíamos estar cada segundo del día dando gracias al ‘Jefe’, a ese Padre que te está gritando desde el corazón que te quieras y que te quiere con locura. Tu existencia es lo mejor que le ha podido pasar a este mundo, en tu mano está el quererte tal y como eres, aprovechar al máximo los dones que te han sido concedidos y, al mismo tiempo ser un regalo para otras personas que te necesiten.