Tiene 35 años, es maestra, psicopedagoga y trabajadora social y ha llegado a León desde Guadalajara para convertirse en monja de vida monástica de acuerdo con la regla de San Benito.
Como publica el Diario de Aragón, se trata de una vocación casi «caída del cielo» para el monasterio leonés a través de internet. «Conocí a las Carbajalas a través de la Escuela de Experiencia Religiosa que tienen en internet y después hice un curso presencial. Pasé aquí cinco días, me impactó su vida y volví a casa con una inquietud vocacional», explica la novicia.
«Me vine con la maleta y sin saber cuántos días iba a estar. Vi que este era mi sitio» y decidió iniciar el periodo de discernimiento.
«Desde pequeña he sentido que Dios me ha llamado cerca de él. Cuando he llegado a los 30, saber que estás llamada a una plenitud y no encontrar, me inquietaba y he estado buscando», explica.
Fuente: Diario de Aragón