Mark Wahlberg, protagonista de al exitosa película «El milagro del Padre Stu», no sólo no esconde su fe sino que intenta ser instrumento de Dios para hacerla llegar al mundo. Tuvo una infancia difícil porque nació en un barrio en el que había violencia, drogas y pandillas pero, con sus más y sus menos, su fe hizo que no cayera en ese mundo.
En un entrevista de La Vanguardia, a propósito su último éxito ha explicado: «yo busqué durante un buen tiempo cuál era mi vocación hasta que sentí que estaba en el cine. Pero ahora que he conocido la historia de Stu y debido a mi fe, también sé que tengo que utilizar esta plataforma para continuar con el trabajo de Dios. Quiero incluir elementos de fe en mis nuevos proyectos de cine y televisión para acercar a la gente a Dios.»
«Nunca he querido comprometer mi integridad artística por mi fe, pero además soy padre y un esposo y esas cosas siempre han jugado un papel. Eso ha hecho que me incline poco por proyectos que tengan mucha sexualidad», ha afirmado.
En cuanto a sus hijos procura darles ejemplo porque cree más en las acciones que en la palabra. «Lo más importante es la ética de trabajo, mi fe, la familia que tengo y eso es algo que aplico en mi profesión y en mis otros negocios».
Puedes leer la entrevista completa en La Vanguardia