Ser madre es un regalo y aunque las circunstancias no son siempre las esperadas, en esta asociación viven y experimentan la alegría del SÍ y ven, en cada una de las mamás a las que atienden, la grandeza, la belleza y la especificad de ser mujer y el papel tan importante y clave que tiene la maternidad en la sociedad.
Entrevistamos a una de las mamás que asisten a la sede del Eixample del Hogar de María en Barcelona, más concretamente en la Parroquia Corpus Christi donde es párroco el Padre Josep Martorell.
Ella es Berenice, tiene 30 años y es de Perú. Llegó a Barcelona en agosto de 2021 y fue entrevistada en el Hogar a los pocos días, en septiembre nació la pequeña Vida Bella de Marie y en noviembre de 2022 fue bautizada – junto con otros 5 niños- en una celebración preciosa organizada por el Hogar de María y con la colaboración de voluntarios de los diferentes grupos de la parroquia y personas cercanas a la asociación.
Berenice, ¿Qué ha significado para ti conocer la Asociación?
Para mi conocer la Asociación fue algo maravilloso porque fue de la nada. Fui buscando ayuda, apoyo y di con el número, di con el lugar. Pero creo que eso fue obra de Dios y de la Virgen María, en especial de la Virgen María. Porque yo cuando venía en el avión, yo hacía mucho que no tenía cercanía con Ella, sí, hablaba mucho de Dios y siempre tenía ese amor para Él, pero a la Virgen, la tenía de lado.
Llegar a la Asociación fue algo muy bonito, especial, mágico, pero es una magia que no se desvanece, te hace saber que siempre está.
¿Qué es lo que más te gusta del Hogar de María? ¿Has aprendido algo nuevo? ¿Qué te aporta?
Las invitadas, por ejemplo, Margarita, nos enseñan cosas que nos aportan algo más profundo, además de talleres como manualidades. Nos enseña cómo manejar, de repente, nuestra personalidad y eso ayuda mucho si quieres conseguir un trabajo, por ejemplo, yo en ventas. Entonces, me ayuda a que yo tenga un poco más de confianza en mí.
Cristina con el grupo de apoyo, que nos habla mucho del amor propio, como manejar las emociones, todo lo que conlleva la maternidad. Nos ayuda a cómo actuar como mamás, incluso sin ella ser mamá, nos ayuda a hacer mejor las cosas como mamás.
Con Miriam, que a veces hacemos unos juegos con los que aprendemos de las otras madres. Osea, yo digo cosas, ellas dicen cosas y cada una aprende de cada persona. Somos distintas, pensamos distinto y eso nos aporta como mamás y pues, eso es muy bonito, que podamos compartir y conocernos y ser mejores.
En tu grupo de los miércoles habéis hablado mucho sobre el ser madre… ¿Qué es para ti la maternidad?
Sí, en el grupo hablamos mucho sobre la maternidad, como es ser madre. Claro, no somos perfectas, pero intentamos hacer las cosas bien como mamás. Cuidar más de nuestros niños, a través de las experiencias de otras personas. De repente, si el niño de una de nuestras compañeras se enferma. Entonces una ya tiene más cuidado con su hijo.
También, episodios de la vida de otras personas, de nuestras compañeras que quizás perdieron un niño y vamos aprendiendo de las experiencias que les sucedieron a otras y eso también nos hace ver la vida de otra manera, vivir con más paciencia, con más esperanza. (…) A veces, el estar sola, el no tener apoyo de nadie y ser valientes de traer un niño, ¿no? Y lo hacemos con todo el amor del mundo, de repente no con todo el dinero, pero con todo el amor del mundo. Y con ganas de luchar y salir adelante por ellos, de hacerlos sonreír, de cambiarlos con amor, de estar presente en sus vidas.
Para mí la maternidad es tener la felicidad, ellos son como ese rayito de esperanza que te da alegría (los bebés). Es amar la belleza y la inocencia de un niño y así aprender a amar con eso más a Dios.
¿La Fe y en concreto, la Virgen María te está ayudando en este camino?
La Fe… demasiado, desde el primer momento que conocí el Hogar de María y recibí el abrazo de la persona que me recibió en Badalona. Claro, ella me habló y yo ya sentía a la Virgen que me estaba ayudando, que estaba conmigo. Entonces, cuando yo conocí el Hogar ya fue muy fuerte, fui una experiencia más profunda. Era como si la Virgen me hablar y me dijera: ¡Mira!, tengo este regalo para ti, te voy a dar esto, no estás sola, tú y Vida van a estar bien – porque yo ya tenía el nombre escogido de mi niña – y sentí que me decía: ya no llores, ya no sientas esas cosas malas que a veces sentía, por las cuales sufría. Sentía que me hablaba y me decía que esté tranquila, que sonría, que ella iba a estar presente todos los días.
A Ella le pido sobre los trámites, papeles y todo va saliendo bien.
¿Qué le dices a una mamá que se lo está pensando?
Que tenga las fuerzas y tenga mucha fe en Dios, que todo va a salir bien. Que cuando vea nacer a su hijo, las tristezas, las penas se acabarán. Porque es una compañía hermosa, es una compañía tierna y que te hará que tengas mucha más paciencia en todas las cosas que puedan suceder. Al tener que cuidarlo, al tener que guiarlo. Con tu bebé vas a tener más paciencia con la vida. Es muy bonito ser mamá. Que siga con su embarazo, es lo mejor que le va a pasar.
¡Gracias Berenice y felicidades!
Cada año nacen 250 bebés gracias a la ayuda del Hogar de María.
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Miriam Pareja Álvarez