Esto es la enfermedad más peligrosa: la tibieza. El tibio juega a dos bandas: con Dios y con el enemigo. Pretende servir a los dos. De alguna forma es como en el espionaje. El tibio es un espía doble: intenta beneficiarse de los dos ejércitos.
La tibieza muchas veces es una cosa oculta. El tibio, con su doble juego, va perdiendo la fe, porque le facilita las cosas al enemigo.