¿Cómo es la casa que habitas?

Catequesis

Una reflexión sobre el salmo 91

Cada vez que tengo oportunidad,  siempre les recomiendo a mis hijos y a todas las personas que lean la biblia porque creo firmemente que quien la lee experimenta un cambio positivo en su vida.  Y algunos expertos recomiendo empezar por leer los salmos, de allí esta reflexión:

Las promesas escritas en el salmo 91 son muy hermosas, gratificantes y sobre todo la promesa de de protección de Dios.

Sin embargo el salmo inicia con una oración muy importante:  “El que habita al amparo del Altísimo” y yo me pregunto ¿qué significa habitar al amparo del Altísimo?…

Habitamos un país, pertenecemos a ese país, habitamos una casa, pertenecemos a esa casa, pues bien  si habitamos un país respetamos sus leyes, convivimos con su habitantes, nos comunicamos todo el tiempo con sus habitantes,  (habitantes=personas=amigos=familia=seres queridos)  interactuamos todo el tiempo, si habitamos una casa deberá haber comunicación, hay cercanía con los demás que la habitan, conocemos y respetamos las normas de la casa…  de tal manera,  si habitamos al amparo del Altísimo significa que estamos cerca del Él, que nos comunicamos con Él e interactuamos con Él, respetamos sus  leyes, que sería lo mismo decir que leemos su Palabra, y entonces conocemos sus mandamientos y nos esforzamos por cumplirlos, que nos comunicamos con Él todos los días, es decir, oramos y que interactuamos con Él, es decir, practicamos los sacramentos con frecuencia, especialmente la reconciliación y la comunión, y agregaría la adoración al Santísimo Sacramento.  Y cuando no hacemos lo anteriormente descrito nos preguntamos ¿por qué las promesas de Dios no se hacen vida en nosotros?  Escudriñemos la palabra de Dios y no leamos sólo la parte que nos conviene…

Carmen de Lima