Desde que era un chaval de 15 años, mi sueño ha sido y es ser militar. Terminé el colegio pero después de dos años de esfuerzo y lucha no se cumplió ese sueño. El límite de edad se terminó pero yo no me rendí y empecé a estudiar Ingeniería Industrial para ingresar en las Fuerzas Armadas cuando la termine, que si Dios quiere, es este julio.
Hace unos meses el miedo y la duda vinieron a mi interior y me pregunté, ¿cuál será la voluntad de Dios?, ¿estoy yendo por el buen camino?. Con la oración poco a poco fui perdiendo esa duda y ese miedo. Dios poco a poco me ha ido dando como yo las llamo “pinceladas” de que voy por el buen camino.
JÓVENES no dejéis de luchar por vuestros sueños, Dios te hace desear lo que te quiere regalar, es Él el que pone tus sueños en el corazón y ya diseñó el camino para la victoria.
Yo lo he pasado muy mal porque no sabía si este sueño era lo que Dios quería, pero Dios responde SIEMPRE a la oración.
Dios no permitió que cumpliéramos este sueño antes porque Él quería que yo madurara emocional y espiritualmente y ahora unido más que nunca a Él lo lograremos, sí, hablo en plural, no dejéis a Dios fuera de vuestros sueños. Os digo que siempre que hablo en oración de esto me saltan las lágrimas de la emoción de conseguirlo junto a Él.
Os dejo un versículo con el que Dios me habló: Josué 1:9 Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas».
La voluntad de Dios es la santidad y tanto la profesión como el noviazgo y futuro matrimonio deben ir unido a la santidad.
Mi corazón arde en deseo de proteger al ciudadano, de servir, el VALOR de servir y con FE y confianza en Dios ya le doy gracias por ese sueño que en poco tiempo se hará realidad.
Recomiendo un libro sobre la voluntad de Dios que me ayudó muchísimo: “A mí también me llama” de José Manuel Fidalgo.
En cuanto al noviazgo, orad por vuestra/o futura/o novia/o y esposa/o. Yo todos los días rezo y oro por esa mujer voluntad de Dios para mi vida. Rezo y oro para que esa mujer le ame primero a Él, que la proteja del mal de este mundo y del diablo, que la ayude en sus anhelos y sueños y por supuesto yo mientras también me forjo para ser ese hombre que la ayude en su santidad.
Orad, no os canséis de orar, todos los días sacad un ratito para Dios. Para ver su voluntad hace falta mucha paciencia, confianza y Fe, pero por experiencia propia os digo que perseveréis que Dios SIEMPRE responde. Sed valientes pues su voluntad es siempre buena y a veces su voluntad será un “No” pero cargado de amor y de una gran bendición futura.
Concluyo insistiendo: No os rindáis, no dejéis de luchar por vuestros sueños. “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”. Llama, llama, llama y llama y Dios te abrirá la puerta.