«Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como Yo os he amado».
Señor, enséñame a amar cada día. Empújame a tu Palabra para que aprenda a amar del que es Amor, y así poder verTe en mis hermanos, en aquellas personas que tengo más cerca.
Permíteme, además, preocuparme por todos los pueblos que sufren en medio del silencio mediático: Venezuela, Cameroon, Pakistán, Siria…
Y, por último, concede vocaciones a tu Iglesia: «La mies es mucha y los operarios son pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe operarios a su mies».
Si somos más, Señor, amaremos más.