Este segundo domingo de Pascua comienza la Misión en las plazas que desde 2013, el Año de la Fe, cada año llevan a cabo las comunidades neocatecumenales en más de 10.000 plazas de todo el mundo durante los domingos del tiempo pascual, para anunciar el Kerygma y la buena noticia de la Resurrección, siguiendo lo que narran los Hechos de los Apóstoles: “Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos” (Hch. 10, 40-43).
A lo largo de estos años han sido varios millones las personas que han coincidido en la calle con este testimonio público y han podido recibir una Palabra de amor y misericordia a través de esta misión ad gentes, y gracias a ella miles de alejados, incluso no bautizados, han entrado o regresado a la Iglesia.
La jornada se desarrolla el mismo domingo por la mañana en una plaza o calle, con una duración de unas dos horas y enmarcado dentro del rezo de los laúdes (la hora de oración matutina la Iglesia). Cada día se predica una catequesis y varios hermanos dan su testimonio de la acción de Dios en su vida y en los que se da respuesta a preguntas como “¿Quién es Dios para ti?”, “¿Has experimentado en tu vida que Dios existe?”, “¿Para qué vives?”, “¿Qué es para ti la Iglesia?”.
Mladen, un joven montenegrino, es uno de los que yendo un día por Barcelona un domingo por la mañana hace cinco años se encontró con una de estas misiones. Esta es su experiencia: Me llamo Mladen Durasevic, tengo 40 años y soy de la República Montenegro, y trabajo actualmente de barbero. Nací cuando todavía era la federación de Yugoslavia y me acuerdo del terror y sufrimiento que rodeó a mi país durante años de la guerra de los balcanes. Tras una infancia y juventud difícil por esta situación me vine en 2013 a Barcelona por trabajo. La misión del Camino Neocatecumenal en las plazas en los domingos de Pascua me parece algo fantástico, donde los hermanos proclaman el verdadero y eterno amor de Jesucristo vivo en cada uno. Esta misión se convirtió para mí en un bote salvavidas, pues estaba necesitado, y me la encontré bajando un domingo en la plaza donde comienza Gran de gracia, bastante desorientado, sin saber y tener clara la dirección de mi vida en todos los sentidos. Esta misión me hizo conocer una Iglesia donde se vive puede vivir la fe en comunidad. Tener una comunidad cristiana en estos cuatro años que estoy caminando en este Camino es un tesoro. Tener hermanos en la fe es tener una misma familia, donde me he sentido querido, acogido y ayudado. He podido yo, años después, dar también testimonio en la plaza donde me he sentido llamado por el Señor, y desde ese momento he experimentado la fuerza y el amor del Altísimo presente en mi vida dia a dia.
Esta misión se enmarca dentro de los deseos del Papa Francisco que subrayó en su primera Encíclica, Evangelii Gaudium, donde indicaba que “todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría (…) La actividad misionera «representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia» y «la causa misionera debe ser la primera” (EG 14-15) y que a los jóvenes en la JMJ de Río de Janeiro especialmente invitó a salir a las calles: “Quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!”
La parroquia de Santa Joaquina de Vedruna de Barcelona, estará por ejemplo todos los domingos hasta Pentecostés en la Plaza Lesseps, Plaza Universidad y donde empieza Gran de Gracia junto a los Jardinets, entre 11 y 13h. Si queréis venir a escuchar estáis todos invitados.
Jacob Bellido Recoder
Equipo catequista Santa Joaquina de Vedruna (Barcelona)