Edición: 1998.
Editorial: Espasa Calpe.
Balduino era un joven, rey de Bélgica, con unas cualidades humanas excepcionales, excelente gobernador, y destacado también en su espiritualidad. Pero, el tiempo pasaba y no había encontrado aún a la mujer que sería su esposa. Él no buscaba a cualquier mujer sino a una que tuviese un corazón noble y grande donde cupiera él y todo su pueblo. ¿Dónde dejaría esta preocupación suya de encontrar una digna esposa y digna reina para su país? La dejó a los pies de la Virgen María. Sí, él visitó el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes (Francia) para dejar allí esta intención tan especial. Pasó toda la noche en oración ante la gruta de las apariciones. Él confiaba en que Nuestra Señora no le fallaría.
Tiempo después, Balduino encontró a su futura esposa, la española Fabiola de Mora y Aragón. Ella también viajó a Lourdes a encomendarse a Nuestra Señora. Más adelante, Balduino y Fabiola tuvieron un encuentro −programado por ambos− allí mismo en Lourdes. Asistieron juntos a misa, rezaron juntos el rosario, mantuvieron largas conversaciones en las que se fueron conociendo el uno al otro… y en ese clima de fe, pudieron descubrir que su futuro lo recorrerían juntos.
Esta historia no se supo sino tras la muerte del rey belga, mediante un precioso libro llamado: “Balduino: El Secreto del Rey”, escrito por el Cardenal Suenens, quien fue director espiritual, confesor y fiel amigo del Rey Balduino. Este libro rescata algunos textos del Diario personal del monarca.
A continuación, presento unas líneas en las que el mismo rey Balduino explica sobre el encuentro que tuvo con Fabiola en Lourdes:
El contacto surgió maravilloso y de inmediato, y la confianza era recíproca: en pocos minutos la amistad había crecido en ambas partes, y los dos contábamos con la ayuda de Nuestra Señora para que, antes de separarnos en unos días, pudiéramos decirnos un sí el uno al otro. Nos estudiábamos el uno al otro desde dentro. Me gustaban sus observaciones y sus reacciones. Cada vez estaba más convencido que Ávila (Fabiola) había sido elegida por la Virgen para ser mi mujer… Lo que más me gusta de Ávila es su humildad, su confianza en María y su transparencia. Sé que será para mí un gran estímulo para amar a Dios cada día más. Gracias por ponérmela en el camino.
El amor de los reyes Balduino y Fabiola fue creciendo cada día más y su ejemplo de vida matrimonial nos deja cautivados a todos.
En este mes de mayo no olvidemos tratar a la Virgen María con más intimidad y con infinita confianza. Ella nos conoce, nos ama, sabe muy bien lo que necesitamos y quiere dárnoslo.
Por Katherine Zambrano Yaguana.