En el día de hoy recibo esta lectura de la Palabra del Señor que nos regala, además, su discípulo amado: San Juan.
Está escrita sobre un importante momento de tensión y agobio que viven los apóstoles tras la Resurrección del Señor, en el que llegan casi a la desesperanza.
Ellos, están atemorizados por la tormenta en alta mar, sin conseguir la calma, ni la tranquilidad humana, ni la paz sobrenatural. Sin embargo, un hombre se presenta junto a su barca. Dice: «Soy yo, no temáis».
Son palabras que también me dice a mí en cada momento difícil, pero también en los de triunfo, para que no pierda la humildad del que sabe que toda la Gloria es para Dios.