Hay una noticia que, siguiendo el titulo de una famosa novela de Evelyn Waugh, es una noticia bomba y es la que comunica María Magdalena la mañana del primer domingo.
María, a la hora en el que empieza a despertar el día, marcha sola al sepulcro. Ninguno ha querido acompañarla. Allí se dirige ella sola. La amante que busca al amado por calles, plazas y rincones de la ciudad santa.
Sale de la muralla y se dirige por la senda recorrida dos días antes con el alma destrozada por haber perdido el amor pero al llegar al sepulcro se encuentra la puerta abierta y a un hortelano cerca de la gruta.
Es conocido el dialogo de María con Jesús-Resucitado y sin embargo muchas veces no caemos en cuenta que ella regresa al Cenáculo se convierte en la primera apóstol: He visto al Señor.
Este es el primer y el único anuncio: He visto al que vive. Los cristianos anunciamos que Jesús vive y, como vive, me ama. Es lo que el Papa Francisco nos recuerda en Christus Vivit: ¡El vive! hay que volver a recordarlo con frecuencia, porque corremos el riesgo de tomar a Jesucristo sólo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace 2000 años (n. 124).
Este es el primer anunció que debemos dar los cristianos: Cristo Vive y lo he visto en el perdón que me profesa, en el alimento que me ofrece, en sus palabras que me consuelan, etc. Otra solución, como dice el Papa, es débil y pasajera (n. 128).
Robert Tyrrel