El Papa Francisco recibió este jueves 25 a un extenso grupo de jóvenes provenientes de Las Landas, Francia, a los que manifestó su cercanía y afecto.
«Es una hermosa ocasión que se les ofrece para reavivar en ustedes el don de la fe, aquí en Roma, ante los apóstoles Pedro y Pablo y todos aquellos testigos, incluidos algunos jóvenes, que han sufrido el martirio por haber elegido permanecer fieles a Jesucristo”.
Les explicó que, aunque hoy parece difícil vivir la fe por la situación que vive la Iglesia, no es peor que la vivida a lo largo de XX siglos de existencia: ‘camina desde hace dos mil años, compartiendo las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres».
Los animó a vivir unidos, con todos los fieles, y a seguir el ejemplo de tantos santos que han afrontado la dificultades propias de su tiempo, permaneciendo unidos al Señor a través de la escucha de la Palabra, la práctica sacramental, la vida fraterna y el servicio a los demás. «Déjense transformar y renovar por el Espíritu Santo para llevar a Cristo a todos los ambientes y dar testimonio de la alegría y de la juventud del Evangelio».
Para concluir, invitó a los jóvenes a ser siempre constructores de puentes entre las personas, intentando hacer crecer una cultura del encuentro y del diálogo, para contribuir al advenimiento de una auténtica fraternidad humana».