¡Qué Amor demuestra hoy Jesús cuando, olvidando el dolor que supone, humanamente, la traición de uno de tus mejores amigos, declara el servicio para siempre hacia los suyos! Como dice Juan, «habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo».
Señor, sé que jamás podré llegar a corresponderte la entrega inconmensurable que has realizado aquí en la Tierra por mí, y realizas cada día por la Iglesia universal. A pesar de ello, prometo entregarme en la lucha diaria para no dejar jamás de amar al traidor y al que sirve, al rico y al pobre, al justo y al injusto.
Hoy, te llamo Señor y Maestro, y dices que hago bien. Te pido ayuda para que haga bien imitando hacia toda tu grey lo que Tú has hecho con nosotros: «Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis» (Jn 13, 15).